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Residuos sólidos tóxicos: ¿Cómo identificarlos?

Los desechos sólidos tóxicos son un tipo de residuos peligrosos que pueden causar efectos nocivos sobre la salud de los seres humanos y otras especies de animales. En general, los desechos sólidos tóxicos pueden deteriorar desde la superficie terrestre, pasando a la cadena alimenticia y acabar llegando, al hombre.

Estos desechos tóxicos, además, pueden acelerar la proliferación de las bacterias, ya que una vez liberado al medio ambiente puede alcanzar distancias muy lejanas a las del origen de emisión, a través de las corrientes marinas, o arrastradas por el aire. La particularidad de este tipo de residuos es que tarda varios años en biodegradarse y desaparecer, y que se acumula en el cuerpo humano y en los cuerpos de los animales, provocando deficiencias en el organismo, con las consiguientes enfermedades que se pueden originar.

Para identificar este tipo de residuos, hemos de hacer una clasificación de los mismo de la siguiente forma:

• Desechos detergentes
Se trata de aquellos detergentes cuyo contenido es alto en fosfatos, los cuales corren el riesgo de ser vertidos sobre lagos, lagunas y ríos, afectando gravemente a la fauna y flora del lugar. Un exceso de fosfatos hace crecer de manera desmedida la aparición de algas, las cuales consumen oxigeno y evitan el paso de los rayos de luz, dañando considerablemente todo el ecosistema del lugar.

• Dioxinas
Las dioxinas son los desechos tóxicos que peores consecuencias causan para el ser humano y el resto del entorno animal y vegetal.
Bastan concentraciones ínfimas para provocar grandes y perjudiciales enfermedades. Aunque su fabricación artificial sea muy controlada, son numerosos los accidentes industriales que sin poder evitarlo contaminan y exponen a enfermedades a toda la biología de los alrededores.
Las dioxinas se caracterizan por estar diseñadas usando partículas de cloro, en las que el cuerpo no puede hacer nada por eliminarlas. Es más, con dosis inocuas de dioxinas es posible producir erupciones cutáneas, jaquecas, mareos, vómitos y malestar generalizado.
Muchos estudios con animales demuestran que al entrar en contacto con las dioxinas pueden provocarles cáncer, alteraciones en los riñones y otros órganos vitales, así como deformaciones congénitas.
Son famosas las dioxinas contenidas en el PVC o el pesticida DDT.

• Fenoles
Los fenoles son desechos tóxicos de baja consideración que pueden provocar irritación ocular e irritación cutánea. En ocasiones, ante una elevada exposición al fenol puede ocasionar incluso la muerte por daño en los riñones.

• Fluoruros
Se trata de un tóxico bastante irritante que en dosis elevadas puede llegar a causar trastornos digestivos y diarreas.

• Hidrocarburos
Son desechos derivados del petróleo. Al igual que los fosfatos, impiden la buena penetración del sol sobre las zonas acuáticas afectando a todo el ecosistema. También puede provocar irritaciones en la piel y los ojos.

• Mercurio
Famoso por su utilización en termómetros, ahora se ha prohibido su utilización. Se añade también en pesticidas, pinturas, tintas, removedores de pinturas, barnices, baterías domésticas, interruptores electrónicos y focos fluorescentes…etc.

El problema del mercurio es que, por medio de algunas bacterias acuáticas, este mercurio se puede transformar en metilato de mercurio y esta nueva molécula en caso de ser injerida por el ser humano o por un animal, se queda concentrada sin poder ser expulsada. A veces en zonas donde ha existido una fuga de mercurio, éste se acumula en animales marinos como el marisco o el pescado contaminado.
Si este mercurio llega a la cadena alimenticia de una embarazada y por tanto al feto, es posible causarle daños cerebrales y anormalidades en el correcto desarrollo de sus neuronas.